martes, 18 de febrero de 2020

01, De la libertad de prensa y expresión


El problema de los grandes Medios de Comunicación,
es que son secciones de propaganda de grandes multinacionales.

La tragedia, por no decir tragicomedia, de la libertad de prensa y expresión viene del hecho de que la empresa periodística privada se vea mediatizada por la necesidad de someterse a la ley del mercado y acomodar, en mayor o menor grado, su oferta a la demanda dominante en una sociedad cada vez más privatizada y más desentendida de los negocios públicos, rasgos sociales que se derivan a su vez, como en un círculo vicioso, de esa misma economía de mercado que condiciona la oferta de la Prensa, convirtiendo en escarnio la tan cacareada LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Los periódicos se ven, de esta manera, condenados a seguir el triste lema del precocísimo inventor de La Industria Cultural, Lope de Vega: «... porque si bien las paga el vulgo es justo / hablarle en necio para darle gusto». La más cómoda e innoble forma de deshacerse de una crítica es descalificarla mediante la objeción de que no ofrece soluciones de recambio. Rechazo esa objeción, y me limito a poner de manifiesto el miserable callejón sin salida en que se hallan la libertad de expresión y el periodismo en una economía de mercado, y lo ilusorias que, en semejante panorama, pueden llegar a ser las ínfulas del periodista que no vacile en la convicción de la nobleza de su función social de informador y de “creador de opinión pública”. Pero, entiéndanme bien, recomendar la duda no es lo mismo que aconsejar la capitulación.

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